«A favor de la lectura» medir u observar comprensión lectora- 2 de 2

Graciela Pérez de Lois: Maestra Normal Nacional, Profesora y Licenciada en Letras (UBA), docente en primaria, secundaria, universitaria, y en formación de maestros y profesores. Posgrado en «Análisis del consumo e investigación de mercado» (F. de Psicología, UBA). Fue sindicalista docente (AMSAD y CTERA, Arg). Directora Editorial de texto en Santillana. Autora de cuentos y novelas en coautoría y con diversos seudónimos.

 

Luis Pescetti: es escritor y músico.

 

Grabado en el Teatro Picadero (BsAs AR), nuestro más sincero agradecimiento por ofrecer su maravilloso espacio.

 

PUNTEADO SOBRE EL VIDEO

Leer historietas es leer porque, además, la historieta es un género mixto: el chico lee dos códigos, el visual y el lingüístico.
 

No elegimos los libros, los libros nos eligen a nosotros, nos llaman desde la imagen de la tapa, desde la contratapa, desde el nombre del autor.
 

Buscar las estrategias para que los chicos que hoy entran en la escuela lleguen a tener las mismas competencias que tenían los que años atrás eran seleccionados por un examen de ingreso o por las posibilidades de los padres.
 

La docencia es una profesión intervenida. Para el escritor el flujo de tiempo es muy importante.
 

El docente cierra la puerta del aula y es el dueño. Es verdad que no puede apartarse totalmente del diseño curricular, pero sí puede darle espacio a la incidencia, a lo que el chico está esperando que le digan.
 

La autonomía profesional requiere la formación. Si el maestro tiene argumentos, respaldo, tiene que sostener su postura.
 

El sujeto de derecho es el chico.
 

En la reunión de padres es fundamental explicitar el plan de trabajo y el modo de evaluación.
 

La comprensión lectora de un texto expositivo puede ser evaluada por la medición. No está mal, siempre y cuando ese dato se contextualice. Lo rico de la evaluación de la comprensión lectora está en lo cualitativo.
 

La prueba estandarizada tiene un efecto: suspende el flujo de trabajo. Algunos instrumentos son intrusivos en lo cotidiano, en condiciones de laboratorio, y es probable que no sean esas las condiciones reales.
 

La observación respeta la experiencia íntima del lector.
 

Los resultados de las evaluaciones estandarizadas terminan funcionando como acusación.
 

Los procesos de aprendizaje son lentos.
 

¿Qué ayuda a la comprensión lectora?: un chico un libro; un mediador; permiso para no leer; estimular la producción; estimular el intercambio entre pares; la lectura en voz alta.
 

¿Qué entorpece la comprensión?: no poder elegir el libro que doy a leer; obligación de aceptar evaluaciones medidas.
 

La importancia del acompañamiento del otro en la lectura.
 

El maestro necesita respeto profesional, pero el respeto profesional hay que ganarlo estudiando, leyendo, informándose. Formarse no es cómodo, pero la comodidad no es un parámetro para aquello que nos gusta hacer.
 

Entre lo cualitativo y lo cuantitativo, es aconsejable elegir lo cualitativo y dejar lo cuantitativo para otro tipo de disciplinas y tener cuidado en cómo se difunden los resultados.
 

Pensar de qué modo estas evaluaciones favorecen al niño como sujeto de derecho y preguntarse si esa es la única manera de obtener información. Y plantearse hasta qué punto esas evaluaciones lastiman la relación entre el niño y la narrativa.
 

Si los chicos se nutren de la narrativa de las plataformas de streaming, van a vivir en una realidad que no es la suya.
 

Las políticas públicas deben supeditarse al sujeto de derecho que es un niño con una narrativa propia y rica.
 

No elegimos los libros, los libros nos eligen a nosotros, nos llaman desde la imagen de la tapa, desde la contratapa, desde el nombre del autor.
 

Buscar las estrategias para que los chicos que hoy entran en la escuela lleguen a tener las mismas competencias que tenían los que años atrás eran seleccionados por un examen de ingreso o por las posibilidades de los padres.
 

La docencia es una profesión intervenida. Para el escritor el flujo de tiempo es muy importante.
 

El docente cierra la puerta del aula y es el dueño. Es verdad que no puede apartarse totalmente del diseño curricular, pero sí puede darle espacio a la incidencia, a lo que el chico está esperando que le digan.
 

La autonomía profesional requiere la formación. Si el maestro tiene argumentos, respaldo, tiene que sostener su postura.
 

El sujeto de derecho es el chico.
 

En la reunión de padres es fundamental explicitar el plan de trabajo y el modo de evaluación.
 

La comprensión lectora de un texto expositivo puede ser evaluada por la medición. No está mal, siempre y cuando ese dato se contextualice. Lo rico de la evaluación de la comprensión lectora está en lo cualitativo.
 

La prueba estandarizada tiene un efecto: suspende el flujo de trabajo. Algunos instrumentos son intrusivos en lo cotidiano, en condiciones de laboratorio, y es probable que no sean esas las condiciones reales.
 

La observación respeta la experiencia íntima del lector.
 

Los resultados de las evaluaciones estandarizadas terminan funcionando como acusación.
 

Los procesos de aprendizaje son lentos.
 

¿Qué ayuda a la comprensión lectora?: un chico un libro; un mediador; permiso para no leer; estimular la producción; estimular el intercambio entre pares; la lectura en voz alta.
 

¿Qué entorpece la comprensión?: no poder elegir el libro que doy a leer; obligación de aceptar evaluaciones medidas.
 

La importancia del acompañamiento del otro en la lectura.
 

El maestro necesita respeto profesional, pero el respeto profesional hay que ganarlo estudiando, leyendo, informándose. Formarse no es cómodo, pero la comodidad no es un parámetro para aquello que nos gusta hacer.
 

Entre lo cualitativo y lo cuantitativo, es aconsejable elegir lo cualitativo y dejar lo cuantitativo para otro tipo de disciplinas y tener cuidado en cómo se difunden los resultados.
 

Pensar de qué modo estas evaluaciones favorecen al niño como sujeto de derecho y preguntarse si esa es la única manera de obtener información. Y plantearse hasta qué punto esas evaluaciones lastiman la relación entre el niño y la narrativa.
 

Si los chicos se nutren de la narrativa de las plataformas de streaming, van a vivir en una realidad que no es la suya.
 

Las políticas públicas deben supeditarse al sujeto de derecho que es un niño con una narrativa propia y rica.

© Luis Pescetti