Todo anfitrión fue recién llegado

Winslow Homer, «Breezing Up».

 

Como adultos (es decir: locales) tenemos que aprender a manejar nuestra frustración, impaciencia.

 

Si les mostramos un modelo ideal, pero luego ven que las reglas no se cumplen, o que esa explicación no ayuda a entender y desenvolverse en el mundo, no lo adoptarán, se aburrirán, y dejarán de creer en nosotros.

 

Pretender un modelo ideal puede convertirse en hacer un abandono.

 

Una buena guía es recordarnos a nosotros mismos:

¿Se acuerdan de cuando empezaron algo?

¿De cuando viajaron?

¿De cómo cansan apenas dos semanas de turismo?

¿De cuando se mudaron?

¿De cuando estaban recién casados?

¿De cuando conocieron a la familia de su pareja?

¿De cuando recién comenzaron como docentes?

¿De cuando empezaron la secundaria o la universidad?

Si ya fueron padres, ¿se acuerdan de qué sintieron cuando se aproximaba la fecha del parto?

¿Se acuerdan de cuando su mujer empezó con las contracciones?

¿De cuando llegaron a casa con el primer hijo? ¿Las primeras noches?

¿Los habrían ayudado modelos ideales?

¿Historias de padres que dormían ocho horas de corrido?

¿Fotos de mujeres espléndidas a las dos semanas de haber parido?

 

Eso mismo les pasa a los chicos,

sienten eso.

No tienen otra humanidad por ser niños.

 

Y todo lo que podamos hacer por diluir esa sensación de extrañamiento…

de gigantesca bolsa de desconocimiento…

de gravedad ante la imperfección…

de caso único (¡oh, a nadie le ocurrió nunca esto que te está pasando!)…

de impaciencia ante la velocidad de comprensión…

de que son seres incompletos que pretenden acceder a un mundo completo…

de miedo ante lo que sigue…

 

Todo lo que podamos hacer por diluir eso:

le quitará estrés al asunto,

los aliviará.

 

Tengan palabras humanas, compasivas, de aliento, esperanzadoras.

Tengan las palabras que ustedes esperaban, las hayan recibido o no.

 

– Estás recién llegado, te vas a equivocar, es así, no pasa nada.

– Somos un grupo, habrá distintas velocidades, es así.

– A veces vas a sentir que sos el más lento, a todos nos sucede, no pasa nada.

– Quizás sientas que hay tanto por aprender que es demasiado, sí, puede que sientas eso; pero no es así, sólo estás recién llegado.

© Luis Pescetti