Estar atentos a las historias únicas,
desarmar las historias únicas, cuando vemos que nos reducen a una,
cuando vemos que nosotros reducimos a otro en una.
Reconocer cuando el otro nos reduce a una historia única,
reconocer cuando nosotros lo hacemos en relación al otro
Reconocer cuando nosotros lo hacemos en relación a nosotros mismos (pensando o actuando desde reaccionar a esa imposición).
Reconocer cuando, por el contrario, el otro nos trata de una manera que abre nuestra historia, cambia nuestra perspectiva con su el trato, nos abre, nos ilumina cómo nos vemos.
Reconocer todas las anécdotas día a día, cotidianas, cuando vivimos experiencias que no responden a la historia única.
Pequeña libreta de kung fu psicológico:
Reaccionar con más estrategia que resentimiento.
– porque el resentimiento lo hace desde el margen, no desde quien quiere ocupar un lugar en la mesa.
– el resentimiento le sigue otorgando poder al otro.
– el resentido puede tomar el poder, pero siempre desde la sombra de destronar al poderoso, al que ya está instaurado dentro suyo como poderoso, le sigue dando entidad al poder del otro
– cuando uno se corre del resentimiento, plantea un mapa en el que el poder se distribuye de otra manera, más como un intercambio complejo de fuerzas, que como un centro único
– ocupar un lugar que no elimine al otro.
– vos tenés derecho a acceder a ese mundo, y el otro no puede impedir ese acceso, pero tampoco está obligado a desear o buscar tu acceso
– yo tengo derecho a hacer todas las estrategias y tener recursos como para acceder
– no plantear que la deuda social nos facilita un crédito sin hacer, sin habilidades
Enseñarles a esos chicos a que eduquen su mirada sobre sí mismos: su vida no se reduce a la pobreza o historias violentas.
– resaltar todos los momentos de alegría, vitalidad, solidaridad, amor.
No se me escapa lo naif que puede resultar esta propuesta, naif, escapista o hasta que intentara conservar un statu quo, las cosas como están, y desanimar la búsqueda de un cambio. En absoluto eso: nadie, ni el que está pasando el peor momento quiere ser visto sólo como eso, como si no tuviera ninguna potencialidad ni riqueza y sólo fuera merecedor de una mirada de piedad. No es operativo, quita dignidad humana cuando nos reducimos, o reducimos otro a una mirada que toma la carencia de recursos (cualesquiera sean) como la totalidad de la persona.
– nombrarlos, hacer una lista, todos los días.
– así como también al volver de cada paseo o visita: nombrar, hacer una lista hablada de todas las cosas que nos hicieron sentir bienvenidos o que nos sorprendieron porque nos incluían.
© Luis Pescetti