El narrador protagonista en primera persona
El narrador es quien vivió la experiencia. Ejercicios para ponernos en el lugar de quién vivió lo que queremos contar y hacerlo como protagonistas, en primera persona.
Reconocer hechos que llamaron nuestra atención. Ver en ellos un rasgo de singularidad (que nos hacen sentir originales, creativos). Ver un rasgo de identidad: “soy alguien que repara en… “. Corregir el supuesto de que “una idea” debe ser necesariamente “extraordinaria”.
El narrador es quien vivió la experiencia. Ejercicios para ponernos en el lugar de quién vivió lo que queremos contar y hacerlo como protagonistas, en primera persona.
Luis Pescetti lee cuento de Natacha, y habla sobre el valor de vernos representados en una obra.
Una de las trabas para resolver con imaginación puede ser esperar que la idea se presente como una evidencia infalible. El ejemplo de saber "un chisme"
Descripción de ese momento inicial en que una experiencia se convierte en idea expresiva
Para escribirlas en el pizarrón, en una hoja pegada al refri. Inspiradas en el 1er capítulo de “Alicia en el país de las maravillas”
«Linda, cuando vos quieras,
dejo este amor donde lo encontré.
En tren con destino errado
se
Descripción de ese momento inicial en que una experiencia observada, se convierte en idea expresiva 2/3
La creación empieza “por la oreja”, lo que llamó nuestra atención. Ejercicios para desarrollar la atención y la capacidad de transmitir lo que nos pasa.
Nadie nace sabiendo qué contar. Hay que dar espacio a la práctica para que los niños descubran que no hacen falta grandes hazañas, que lo cotidiano merece ser narrado.
Para que otros se conmuevan o resuenen o puedan entender nuestra experiencia, puede ser más eficaz contar nuestra subjetividad que hablar de hechos objetivos.
Cada uno tiene épocas diferentes, intereses contradictorios, emociones encontradas. La idea es crear personajes que tengan, cada uno, un componente distinto de nosotros.
Natacha, el personaje, es en un día lo que cualquier niño es en un mes. Comprimir el tiempo, o unir en un personaje características de muchos, es un recurso muy eficaz.
Una manera de aprender a desarrollar una narración es aplicar a cada acción la fórmula “para eso es necesario…”: encontrar, inventar, qué debe ocurrir para el cumplimiento de una meta.
Quería que mi hijo hiciera “¡wow!”, así que les puse un poco de levadura y condimento a pequeñas anécdotas que recordaba.