Fundamentos y prácticas de cultura: Conferencia de apertura, Cumbre Cultural de las Américas, 2019 (IFACCA)

IFACCA 2019

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Ser dueños del propio relato

 

Al leer el periódico EL PAÍS, estos días me llamó la atención el impacto de la serie Chernobyl. El revuelo de entrevistas al guionista, a la Premio Nobel Aleksiévich, réplicas de funcionarios rusos, aumento del turismo en la zona. Me pregunté: ¿Por qué ninguna productora rusa hizo una serie sobre el asesinato del presidente Kennedy, por ejemplo? ¿Y por qué una productora de Estados Unidos hizo la serie “Chernobyl”?

 

Me lo pregunté pues, por la razón que fuera, uno contó la historia del otro. Hagamos abstracción del contenido por un momento, o de geopolítica o imágenes de guerra fría: el relato de uno quedó en manos de otro.

De ese tipo son nuestros desafíos culturales actuales.

 

Ser dueños de nuestro propio relato, que encontremos la propia voz, que seamos visibles siendo fieles a nosotros.

 

El punto con todos los cambios tecnológicos no es que, para estar al día, basta con poner un panel de botones y lucecitas que parpadean, no. Nada envejece tan rápido como el futuro. En mis libros me cuido de nombrar lo menos posible de tecnología precisamente porque envejece rápidamente. Si cuando comencé a escribir “Natacha” la hubiera hecho navegar en internet habría dicho que con “Netscape”. Los cambios se notan y nos afectan de otra manera. ¿En qué los percibo? No importa en qué país, me planto en un escenario sé que esperan dos cosas: Verse representados, y que sea interactivo o los haga participar, de alguna manera[1].

 

Nuestro público está muy entrenado como espectador, más acostumbrado a una horizontalidad y con otras nociones de autoridad. Es imposible hacer cultura desconociendo eso.

 

Analfabetos culturales

 

“No hay que apoyar a la ciencia” afirma mi querido amigo Pirincho Cereijido, el Dr. Marcelino Cereijido, biólogo, investigador argentino radicado en México. “No hay que apoyar a la ciencia, porque vos no te operás del apéndice para apoyar al cirujano…”. Y agrega: “El que no entiende que hay que invertir en ciencia es un analfabeto científico”. La sociedad que no lo hace, depende de los problemas y las soluciones de otros.

 

Tampoco hay que “apoyar a la cultura”, pues no vamos a un concierto de Paul McCartney para apoyarlo en su carrera.

 

Si no invertimos en cultura, compramos educación y entretenimiento, y con ello: un paquete completo de modelos de vida. Nuestra sociedad se convierte en la nana que cría los empleados baratos que querrán emigrar a esos países.

 

Nuestros chicos crecen entre dos mundos: uno que lo nutre y cuida físicamente, y otro que ve en pantallas, que lo entretiene, y al que quieren pertenecer, ya sea imitando ahora, o importando o emigrando cuando adultos.

 

Otra cultura hace su versión de tu historia, sea Aladino, Coco o Chernóbil.

 

Sea porque te representa, o porque ni aparecés: tu sociedad se ve con los ojos de quién produce. Tal como señalaba Edward Said al hablar de poscolonialismo, y como queda hermosamente ilustrado en esta charla:

 

“El Peligro de Una Sola Historia”, Chimamanda Adichie (TED):  https://youtu.be/71CUvZM0DUM?t=12

 

Maruca y el Tzotzil

 

En Chiapas, en una comunidad de desplazados Tzotziles, la maestra Maruca fue a llevar canciones infantiles, pero se encontró con que sólo hablaban tzotzil, o mal entendían castellano. Tradujo su repertorio al tzotzil, así logró la conexión con el grupo… y algo más.

 

Resulta que una niña antes volvía a su casa e increpaba a su madre por hablar tzotzil:

 

– Tú hablas raro, no hables así, en la ciudad se habla normal.

 

Pero cuando oyó a Maruca cantando en tzotzil, volvió a su casa y se corrigió ante su madre:

 

– Mamá, está bien que hables tzotzil.

 

Maruca, que es chaparrita, muy simpática, me contaba que como la veían de piel blanca, las niñas le decían con ilusión:

 

– Eres linda, Maruca.

– Imagínate, Pescetti (agregaba con cara de “no debemos decepcionar a los niños”).

 

Blackbird

 

Emma es una adolescente que desciende de los Surikes. Este pueblo originario poblaba la región dónde ella hoy asiste a una escuela secundaria, en Nueva Escocia. Queda a 1850 millas al noreste de Nueva York, casi 20 días caminando …  o toda una vida si no tenés un profesor de música como Carter, fanático de los Beatles, que la alentó a traducir y grabar “Blackbird” en la lengua de sus ancestros, que es una lengua muerta. ¿Para qué? ¿Cuál es el sentido de una lengua muerta?

 

Lo hizo y cuando empecé a escribir esta charla ya iba en 700 mil vistas, hoy supera las 900 mil y Paul McCartney la comentó emocionado en un concierto.

 

“Emma Stevens – Blackbird by The Beatles sung in Mi’kmaq”:  https://youtu.be/99-LoEkAA3w?t=4

¿Cuál es el poder de una lengua muerta, entonces? Porque apenas puedo intuir lo que represente ser un descendiente indígena, pero veo este video y pienso que, generalmente, una canción de los Beatles da su aura a quien la canta, y aquí es esta adolescente de un pueblo alejado, cantando en una lengua muerta, quien confiere su ligereza y su misterio a Blackbird.

 

Uno de los comentarios del video: “Soy profesora en Canadá, cerca de Vancouver, tengo un estudiante en mi clase que se conmovió hasta las lágrimas al escuchar su idioma tradicional por primera vez. Tu video ha iniciado su viaje de autodescubrimiento.”

 

 

Filológicas de la UNAM

 

Hace dos años di un seminario en el Instituto De Filología de la Universidad Nacional Autónoma, en México. En los intercambios varios profesores contaban que trabajan en zonas en las que su escuela es una isla dentro de una realidad de pobreza y violencia.

 

Los otros chicos del barrio ven como ajenos a sus alumnos, los tratan con hostilidad, y les sueltan frases como:

 

– ¡Qué te crees! ¡Burgués!

 

– ¿Para qué sigues hablando Náhuatl si vas a la escuela?

 

Es que, en estas circunstancias un niño que va a la escuela se vuelve un extranjero, un inmigrante en su propia tierra. Crecen en una grieta entre su escuela y su casa.

 

Otra maestra contó de una madre que le transmitía su sensación de inferioridad con relación al hijo, que ya “sabía más que su mamá pues iba a la escuela”. Y ella le respondió:

 

– ¡Señora! ¡Usted es la única que sabe hacer mole en esta familia!

 

Y al niño le dijo: “Ve y habla con tu abuelito”.

 

Mientras la oía imaginaba que le diría que transmitiera lo que él veía en la escuela, pero no: fue una inteligente y hermosa recomendación, pues siguió:

 

– Ve y habla con tu abuelito… y pregúntale cómo le hace.

 

Una manera muy alta de resolverlo. A ese niño, al que su familia veía como que sabía más, lo veían participando de algo que ellos no participaban…   no lo mandó a que fuera a enseñar, explicar, contar… sino a oír.

 

 

Grietas

 

Estos niños tuvieron la suerte de tener maestros lúcidos, pero si no tenés esa potencia, o esa suerte de cruzarte con maestros así, ¿qué sorpresa puede haber en que te sumes a una marea migrante?

 

No podés resignarte a crecer sintiéndote en la periferia del mundo real, la que ves en las pantallas. Resignarte a desprenderte de tus padres, de tu barrio y de tus pares, o borrar tus rasgos como hizo Nino Manfredi en la película “Pan y chocolate” cuando emigró a trabajar a Suiza y se tiñó de rubio.

 

En las entrevistas que me hacen, en Argentina, México España, Colombia, nunca falta la pregunta sobre si hay diferencia entre los niños de los países y mi respuesta es: No, la gran diferencia está entre los niños de zonas urbanas y los de zonas rurales, los del centro y los de zonas marginales.

 

Esas son las grietas que se producen en nuestras sociedades, y un gran desafío para nuestras democracias. Porque cuando esas grietas estallan lo hacen de forma violenta: ya sea como marea inmigrante, como suicidio juvenil, como Brexit o separatismo, como votaciones en las que emergen candidatos extremistas, como aumento de consumo.

 

Y nos encuentran mal preparados para responder. “Oh, no esperábamos estos resultados”, pues, no, porque leías mal a tu sociedad.

 

 

Embajador entre dos mundos

 

Alejandra, otra maestra de ese seminario en la UNAM, comentó lo que le dijo a un niño a raíz de esa misma situación:

 

– Tú, eres un embajador entre dos mundos.

 

Maravillosa idea. Enaltece a las tres partes: a cada uno de los mundos y al propio niño.

 

Tomo esa imagen. Debemos ser como cancillerías entre dos mundos, y nuestros proyectos educativos y culturales deben crear embajadores entre dos mundos. Enseñarles lo valioso del propio lugar, lo que podría exportar a otros lugares, pero también lo valioso de otros mundos y que podríamos traer al nuestro. Entre quienes son y de dónde viene y quienes querrán ser y a dónde llegar.

 

 

Mapeo

 

Debemos hacer mapeos, no trabajar en base a impresiones. Yo hago mi relevamiento leyendo todos los mensajes y comentarios que me llegan en mis páginas y redes; o, cuando doy una charla, en un hospital, a los responsables de salud mental de CABA, o en la Asociación Nacional de Pediatría, pido como intercambio saber las principales consultas profesionales que reciben.

 

En nuestros países, además de las diferencias entre poblaciones urbanas y rurales, del centro y zonas marginales, tenemos otros puntos en común.

 

1) Nos une la misma fuente de entretenimiento[2]

– Ser espectadores de las mismas fuentes de producción de entretenimiento. Principalmente unos centros en Estados Unidos.

 

2) Nos une la invisibilidad

– Un alto índice de invisibilidad: en nuestro terruño o dónde emigramos, y no importa cuánto aportemos, seguir invisibles. Ejemplo “Historia latina para idiotas” John Leguizamo.

 

“América Latina para idiotas”, John Leguizamo (Netflix – Trailer):  https://youtu.be/YcKox16iFdw

 

Me impacta esa brillante afirmación:

 

“… Si no te ves a ti mismo representado fuera de ti mismo, te sientes totalmente invisible”.

3) Nos une cierto divorcio entre entretenimiento y cultura

Desde la academia, a veces, el entretenimiento se vive poco menos que como un pecado. Algunos, cuando crean lo hacen siendo reivindicativos, sentenciosos, más panfletarios. Hacen más énfasis en el valor que transmiten, como un bien en sí mismo, que en la forma.

O lo hacen en una narrativa que refiere a un valor colectivo (es la raza, nuestro pueblo, etc.), y no a una experiencia personal. Con lo cual esa obra se acerca más a un postulado, que a algo en lo que el espectador vea reflejada su experiencia. Podría adoptarla como ideario, pero será más difícil que se identifique.

 

4) El tiempo frente a la pantalla

Este es un clásico en todas las consultas pediátricas, pero también en las entrevistas que me hacen, porque cuando uno trabajaba para niños nunca falta el momento de la entrevista en que el periodista aprovechar para consultar sobre sus hijos.

El problema no son las pantallas sino las veredas. Nosotros tuvimos en nuestra infancia más autonomía que la que tienen nuestros niños.

Nos desplazábamos por la ciudad o el pueblo, en transporte público, bicicleta o a pie: sin acompañamiento de mayores. Hoy en todas las ciudades de Hispanoamérica que conozco es impensable que los chicos den una vuelta a la manzana solos.

 

Propuestas para actividades públicas desde cultura

 

Sobre esas premisas y unos pocos puntos básicos

1) Recuperar espacio público.

 

2) Conectar horizontalmente a las personas de nuestras comunidades

 

3) Dar visibilidad.

 

4) Enriquecer con diversidad.

 

 

Desde cultura proveer:

 

 

1) La “caja”: salas, espacios abiertos (ejemplo: plazas, escuelas en contra turno, bibliotecas, centros culturales, bares del barrio).

 

2) Coordinadores, facilitadores, organizadores de actividades

 

3) Invitaciones a especialistas

 

Veamos un ejemplo de uso de espacios públicos en Gijón (España)

Empezó como una iniciativa para combatir el alcoholismo juvenil. Advirtieron que los jóvenes no tenían dónde ir de noche, salvo bares y locales de baile. Entonces habilitaron bibliotecas, clubes. La experiencia creció y tomó forma:

Se trabajaba el cuero, se aprendía a cocinar, revelaban fotografías en laboratorio. Tocaban timbales, bailaban sevillanas, jugaban fútbol, baloncesto, veían una película o jugaban a la PlayStation, hacían grafitis.

Viernes y sábados de 22 a 3 AM, en temporadas de 2 meses, y hasta 3 temporadas al año. Para jóvenes de entre 13 y 30 años.

Había 12 locales con hasta 20 actividades nocturnas gratuitas impartidas por jóvenes monitores de entre 17 y 25 años, surgidos de los propios barrios y que ahí encontraron su primer empleo.

En 5 años lo disfrutaron 700.000 jóvenes, con un coste anual de € 360.600.-

Eso es: 2,57 € por persona por año. –

https://elpais.com/diario/2002/02/17/espana/1013900414_850215.html  (click acá)

http://abiertohastaelamanecer.com/ (click acá)

 

Ejemplo de espacio público, salud y cultura: hospital Público Pirovano (en BsAs)

 

El Hospital público Pirovano, tiene un programa de salud mental barrial. Por sus talleres pasan 3.000 personas por semana. Como las salas y pasillos del hospital no dan abasto usan bares del barrio. Vecinos que se reúnen a hablar de temas como: «Violencia Familiar»: No sólo golpear es violencia, Sindicato de padres, Hablar de fantasías de suicidio, Penas de amor: hablar mis duelos, Acompañándonos los que cuidamos a nuestros mayores, Cómo nos relacionamos con nuestros hijos adultos, «Qué como cuando como, Taller de crochet, «Reconociéndonos en Buenos Aires», Vamos al cine – Compartimos emociones y reflexiones sobre lo visto, Cuando ordeno me ordeno, Compartiendo el tiempo libre, etcétera.

 

https://www.facebook.com/TalleresPirovano/ (click acá)

https://www.talleresdelpirovano.com.ar/LISTADO.htm (click acá)

 

Mapear nuestra comunidad

 

– qué temas preocupan, interesan

– qué pueden ofrecer, enseñar

– en qué ámbitos del barrio, pueden reunirse

 

3ra EDAD: no quieren estar solos, aislados y necesitan ayuda en tecnología

– talleres de expresión artística, de baile

– acompañamiento: para solos o internados

– ayuda en gestión on line

– Ver TV y luego comentar telenovelas y películas

 

3ra EDAD: Que no creamos que ser viejo o no es ser obsoleto, descartable

– Abuelos cuenta cuentos como ya hacen algunas fundaciones.

– Los abuelos que van a la escuela a hablar con alumnos y contar cómo era el barrio o la ciudad antes (como hacía: Ana M. Pelegrín en España).

– que ayuden a hacer tarea

– a reparar ropa

– guarderías cogestionadas: imaginen guarderías con coordinadores y grupos de dos abuelos voluntarios, cada cinco niños.

– practicar deporte con niños pequeños

 

Jóvenes y adolescentes: no quieren que los vean como ineptos o no calificados

– Pueden enseñar manejo de celulares

– Enseñar manejo de redes

– enseñar a usar computadoras

– ayudar en trámites on line

– Hacer la tarea: en distintos barrios, todos los días estudiantes de los niveles terciario y universitario se instalan en plazas o puntos fijos y se ofrecen a ayudar a hacer la tarea a los niños que se acerquen.

 

Jóvenes y adolescentes, no quieren que su barrio sea su horizonte limitado

– Ferias de expresiones artísticas

– Grafitis con artistas plásticos reconocidos.

– micrófono abierto: música, danza (como la biblioteca pública de Rawson en San juan)

– espacios, horarios, actividades ocio saludable: ejemplos, los adolescentes que practicaban danza en las ventanas de la Vasconcelos, el galpón de bici y playón de skate frente al río, en Rosario (ARG)

– ESTUDIO ABIERTO: para que artistas y bandas locales graben y mezclen temas (como en Gijón)

– ESTUDIO PORTÁTIL DE EDICIÓN AUDIOVISUAL

– slam de poesía

– talleres de improvisación décimas, beat box, cómics

– percusión

– CLÍNICAS y MASTERCLASS[3] : dadas por artistas conocidos

* especial énfasis en pedir desburocratizar contrataciones. Es agobiante trabajar para el estado, cuyos contratos son los más leoninos del mercado[4].

 

– Iniciativas como el Lullaby Project del Carnegie Hall, en el que cantantes consagrados enseñan a madres en condiciones vulnerables a crear canciones para su propio bebé. Imaginen el empoderamiento de esas mamás:

 

Lullaby | Op-Docs | The New York Times: https://youtu.be/f27DWDPlr0U?t=45

 

Adultos y mediana edad: vida más allá del aislamiento productivo

– hobby y tiempo libre: deporte, expresión artística, paseos

– oportunidades de encuentro no forzadas

– antes de que el cuerpo pase factura (mejorar hábitos de comida y sedentarismo)

– compartir herramientas y expertise, como en el programa de Cambio Rural del INTA (ARG)
https://www.argentina.gob.ar/agroindustria/extension-y-cambio-rural (click acá)

– asesoramiento legal básico, o de escribanía/notaría, básica

 

 

Origen no es destino

 

Por cada peso invertido en cultura se ahorra el doble o el triple en salud pública, seguridad, y emigración de talento. Esto se basa en una experiencia de campo, al menos, más fiable que la que permitió la crisis de hipotecas subprime de 2008 con su pasivo de $ 613.000 millones de USD.

 

Pero lo más importante es que se crea tejido social ante coyunturas críticas. Tu sociedad será menos fragmentada, más visible. Tu gente sentirá dignidad, orgullo y pertenencia tanto al lugar de origen como al horizonte al que aspiren.

 

Dicho en términos de ciudadanía, y usando un grafiti de Pible[5], es: “Ama a tu país natal, aunque hayas nacido en otra parte”. El derecho a la identidad no es, solamente, que tengas un lazo con tu origen, sino también que puedas imaginar una vida en la que tu condición de origen no sea un destino obligado.

 

Origen no es destino, es un hermoso lema de bella sonoridad democrática, para nuestro quehacer.
Muchas gracias.

Luis Pescetti

 

[1] Como tampoco me tomarán por “autoridad” sólo porque esté encima de un escenario, deberé demostrarlo, y ganarme su atención, con lo que haga. También sé que debo plantear fragmentos en el relato.

En los libros se da algo nuevo: la capacidad de entender una línea dramática aumentó, niños más pequeños están habituados a tramas más complejas, muy por encima de sus habilidades de lectura. Con lo cual a la hora de escribir tengo que tener en cuenta que las habilidades de lectura estarán por debajo que la riqueza que esperan en la historia.

[2] Cruda realidad, ironía histórica: cuando el apache Gerónimo acompañado por 7 guerreros se reunió a negociar su rendición con 7 militares mexicanos y el general norteamericano y sus soldados, la ironía era que todos estaban armados con Winchester estadounidenses (“Ahora me rindo y eso es todo”, Álvaro Enrigue, Anagrama).

[3] https://www.masterclass.com/ (click acá)

[4] Cuando un departamento jurídico reclama que el estado quede como titular de una obra solicitada no entiende que al estado no le sirve un guion, una cinta, que con los años quedará mal archivada, sino un guionista activo, un artista mostrando su obra.

[5] Humorista cubano.

© Luis Pescetti