Te propongo que hagas una lista (lo larga que tolere tu pereza o la opinión que tengas sobre este ejercicio) de cosas que sabes que a los demás les importan, pero a ti te resultan indiferentes, ni te van ni te vienen.
* A mí, tal equipo de fútbol…
* A mí, las zapatillas de tal marca –decir la marca—…
* A mí, tal programa de tv…
* A mí, la película no sé cual…
* A mí, la música… (decir el género)
* A mí, los que se pelean por…
* A mí, los que les gusta los que les gusta el picante
* A mí, los que no les gusta el picante…
«Di quién es tu otro» sería una pesadez de ejercicio, quizás.
A través de los gustos estamos delineando al “otro”. Quién es nuestro “otro” y para quiénes somos “otro”. Es como cuando dibujamos a una persona con sólo dibujar su entorno. Y agregamos la broma de decir lo que nos resulta indiferente, para ponerle gracia, picardía, suave tensión y humor al asunto, ¡y diferenciarnos! ¡Eso! ¡Y di-fe-ren-ciar-nos! Porque a mí, los que no se diferencian…
© Luis Pescetti