Piensen en el viaje que más desearían hacer. Cuenten el recorrido, pero a una velocidad acelerada, imposible en la realidad.
Ejemplo: Siempre soñé con conocer Asia. Bajé del avión en la India y caminé hasta el hotel porque quedaba cerca, en China. Esa tarde, después de almorzar en Japón, recorrí las planicies de Mongolia y viajé a Corea. Esa noche estaba agotado, así que dormí como un tronco en un hotel de Emiratos Árabes. A la mañana siguiente me reencontré con mi familia, en casa, y les conté todo con lujo de detalles.
© Luis Pescetti