Desde el atalaya de tus ojos

Elegimos alguien en quién nos convertiremos o quien pasaremos a ser. Mejor, más grato si es alguien que no nos produce rechazo, tiene que ser alguien diferente, pero no antipático.

 

Ahora ya estamos en el lugar del otro. Nos metimos en el traje de su cuerpo, su persona. Nuestra casa es otra, nuestra familia, los amigos, estamos en su lugar.

Ya instalados, lo más importante: acabas de vivir la experiencia que el otro vivió. O estás a punto de vivir la experiencia que el otro afrontará. Describe la escena, el momento, dos líneas, las que quieras, las suficientes para conectar con ese momento. ¿Qué estás pensando? ¿Qué sientes? ¿Qué vas a hacer? ¿Sabes qué vas a hacer? ¿Cuáles son tus nuevos miedos o preocupaciones? ¿Cuáles son tus nuevas fortalezas?

 

© Luis Pescetti