Piensen en su madre y su padre, o en dos adultos de su confianza: unan sus principales rasgos en una sola persona. Es decir, inventen un personaje que reúna las características de los dos (¡y pónganle el nombre de ustedes! … No, no, no, es chiste, no es necesario, y no sea que se me espanten pensando que es destino). Escriban un texto de pocas líneas en el que ese personaje hace cosas con esa mezcla de rasgos.
© Luis Pescetti