El grupo se coloca en rueda. Uno sale, al resto le explicamos el juego; luego el que estaba afuera tiene que hacer preguntas, siguiendo el orden de la rueda, hasta descubrir por qué le responden tan raro. La clave está en que cada participante responde a la pregunta que le hizo antes al de al lado y no a la que en ese momento le está haciendo a él. Se puede dar una plazo de tiempo, y si no adivina: una prenda.
© Luis Pescetti